sábado, 26 de mayo de 2007

CONCENSO DE WASHINGTON

CUANDO LOS GRINGOS SE METEN DONDE NO DEBEN

Fue acordado entre el FMI, el BM, la Reserva Federal de EEUU, y elementos del congreso y del ejecutivo. Donde se propusieron 10 recomendaciones para la política económica de América Latina.
Entre las propuestas podemos encontrar las siguientes:
Desregulaciones (no más tarifas fijadas por el estado para los servicios públicos esenciales).
La renuncia de los estados receptores de inversión (que solo eran los latinoamericanos).
De la vigencia de sus propios poderes judiciales para solucionar problemas que involucren a empresas transnacionales.
El desmantelamiento de la planificación.
Las privatizaciones sin consulta a la población, (aunque se trate de servicios públicos esenciales o de relevancia nacional).
Ajuste presupuestal. Manuel Benza Pflucker[1], en un artículo que hace como profesor de la UNMSM hace una crítica a este aspecto. Proponen balancear los ingresos con los egresos presupuestales, lo cual se logrará ampliando la base tributaria; es decir cobrando impuestos a los informales. Pero debemos de recordar que las 262 empresas más poderosas no pagan impuestos debido a la firma de contratos con los gobiernos (a esto se le conoce como Estabilidad Jurídica), los cuales fueron firmados en el gobierno de Fujimori y se consideraron no revisables. Por otro lado, cuando se quiere equilibrar presupuesto y no se considera cobrar impuestos a los que más tienen se termina reduciendo el presupuesto por el lado de las inversiones en Salud y Educación. Esto ha ocurrido a pesar de que el Consenso de Washington a “recomendado” aumentar los gastos (ellos lo consideran un gasto no una inversión) en estos dos rubros.

Esto dio paso a su subvaluacion y falsa identificación entre crecimiento y desarrollo. Además de considerar el crecimiento sin redistribución de la riqueza. Todas estas políticas aparecen dentro de un concepto neoliberal, no han producido efectos positivos en relación al nivel de vida de la población, sin embargo siguen siendo aplicadas.
Nadie debe de decirnos que es lo que debemos de hacer, nadie mejor que nosotros para poder impulsar nuestro propio desarrollo, si queremos progresar lo debemos de hacer en base a un modelo adaptado a nuestro país, no copiando al pie de la letra las ocurrencias de unos viejos que creen saber algo. Les daremos el beneficio de la duda y creeremos que ellos lo hacen como el chavo, sin querer queriendo, aunque a mi parecer esto se debe a otras razones que escribire en otro artículo más adelante.



[1] Manuel Benza Pflucker, Algunos elementos para la comprensión de la coyuntura y sus retos. UNMSM, 1999.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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